Agregar los copos de avena y el coco rallado en un procesador de alimentos y procesar hasta que quede hecho harina. Se puede usar también una licuadora.
En un bol pequeño, agregar la harina de avena y coco, y los demás ingredientes secos: harina de almendra, polvo de hornear, canela y sal. Mezclar y reservar.
En un bol mediano, pisar las bananas con un tenedor o un pisa papas. Agregar la mantequilla de maní y combinar con una espátula de goma.
Agregar los ingredientes secos y las pasas. Mezclar hasta que quede una masa homógenea.
Colocar la masa en la heladera por 20 minutos.
Colocar una rejilla en el centro del horno y precalentar a 350º F (175º C). Alistar dos placas rectangulares con planchas de silicona tipo silpat. También se puede usar papel vegetal.
Usando un scoop pequeño para galleta o cucharita de mesa, formar bolitas de 20 gramos aproximadamente e ir colocando sobre las placas, dejando una distancia de 2 cm entre galleta y galleta.
Aplastar ligeramente cada galleta con la palma de la mano. Nota. Estas galletitas no se expanden en el horno por eso aconsejo aplastarlas hasta que tengan 1 ½ cm de grosor. Hornear por 12 minutos o hasta que las galletas estén doraditas en los bordes. No dejes que se doren por completo pues lo rico de estas galletas es su textura suavecita por dentro.
Dejar enfriar en las placas sobre una rejilla por 5 minutos, luego transferir las galletas a la rejilla hasta que se enfríen completamente.